Estimado lector, es posible que no crea lo que voy a decirle, pero en realidad me pasó a mí. Fui a una gran conferencia cristiana de una semana. Hacia el final de esta reunión me quedé con muy poco dinero para las ofrendas. Por esta razón, reservé el dinero restante para la última ofrenda de la noche final.
Cuando llegó la hora de la ofrenda matutina, no tenía ninguna ofrenda para Dios. Simplemente me senté en mi silla mientras veía a otros creyentes dar sus ofrendas a Dios.
Luego, mientras seguía mirando, fui testigo de un evento sobrenatural que tuvo lugar en mi vida. Algo (¿fue el Espíritu Santo o el ángel de Dios?) Me llevó a abrir involuntariamente mi Biblia.
La página que abrí al azar estaba en el libro de Eclesiastés. ¡De repente, un verso saltó sobrenaturalmente de esta página a mis ojos! Era como una hermosa mariposa que se alejaba lentamente de una flor magnífica. Este versículo se lee de la siguiente manera:
Siembra tu semilla en la mañana,
y no te des reposo por la tarde,
pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si esta o aquella,
o si ambas serán igual de buenas.
Eclesiastés 11:6
Estaba asustado. El Señor me estaba advirtiendo que la mano de un cristiano nunca debería estar inactiva. La mano de un cristiano debe seguir sembrando todo el tiempo, mañana y tarde. Rápidamente dividí el poco dinero que me quedaba y llevé mi ofrenda al altar de Dios.
Es necesario dar ofrendas económicas a Dios.
En este artículo te doy la actividad más urgente para que los cristianos sembren dinero. Tienes que sembrar para esta actividad durante la mañana y por la noche. Siembre sin cansarse.
Ganar almas para Jesucristo.
La actividad más urgente donde todo cristiano debe sembrar dinero y esfuerzos es ganar almas para nuestro Señor Jesucristo. Como cristiano, debe identificar una actividad relacionada con la ganancia de almas para Jesucristo.
Aquí es donde tienes que sembrar tu dinero por la mañana y por la noche. No dejes que tus manos estén ociosas porque, mientras sigas sembrando, muchas almas se salvarán de perecer en el infierno. Dios te recompensará enormemente tanto en el cielo como en la tierra.
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