Presidente como dios.
Por Makko Musagara
Presidente como dios.
Estimado lector, puede que no lo crea, pero es cierto. En tus sueños mientras duermes, Dios puede no aparecer como esperas que sea. Puede no aparecer como un anciano sobre las nubes con una larga barba blanca sentada en un trono celestial; Puede no aparecer como una luz brillante o un fuego de arbusto ardiente; Puede que no aparezca como un trueno relámpago. No. Dios puede aparecer en sueños como el Presidente o el Jefe de Estado de su país. Tu presidente puede aparecer como Dios en tus sueños.
Como Dios se me aparece en sueños
Desde que Dios me llamó al ministerio, hace unos treinta años, Dios se me ha aparecido la mayoría de las veces como el Presidente de mi país. Recuerdo que cuando Dios me estaba llamando al ministerio, primero soñé con que nuestro presidente me dijera “Makko, quiero darte un trabajo”.
En otra ocasión, Dios me pidió que cuidara a algunos de sus ministros que visitaron nuestro país. Justo antes de esta tarea, soñé cuando nuestro presidente me estaba entregando una gran tetera blanca mientras decía “Siempre prepare té para mi pueblo”. Le pregunté a nuestro presidente: “Esta tetera es tan grande, ¿dónde obtendré el dinero para comprar la leche, el azúcar y otras cosas?” El Presidente respondió: “No se preocupe, siempre proporcionaré”. Entonces me desperté de este sueño profético.
En otra ocasión hice algo en mi lugar de trabajo que no agradó a Dios. Esa misma noche, en un sueño, vi a nuestro presidente sentado en la oficina de mi director, pero me estaba mirando enojado. Cuando de repente me desperté de ese sueño, supe que Dios estaba enojado por lo que había hecho el día anterior. Inmediatamente salté de mi cama, me arrodillé y comencé una oración de arrepentimiento.
Aprende el lenguaje de los sueños de Dios.
Estimado lector, le pido que comience a aprender y dominar el lenguaje de los sueños de Dios. Si haces esto, será muy fácil para ti conocer las diferentes formas en que Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo se te aparecen en sueños. Harás su voluntad y no te perderás el cielo.
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