Ningún cristiano debería jamás consumir una bebida que distorsione su mente. Este artículo te muestra por qué los cristianos nunca deben consumir bebidas alcohólicas.
Tu cuerpo es el templo de Dios.
Antes que nada, debemos entender que nuestro cuerpo es el templo de Dios. Por lo tanto, no se recomienda consumir alcohol, ya que provoca desinhibición y síntomas físicos como dificultad para hablar y problemas de coordinación.
Escucha lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
16 ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? 17 Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado y ustedes son ese templo.
1 Corintios 3:16-17
El Espíritu Santo en ti huirá.
En segundo lugar, un cristiano no debe consumir alcohol porque puede hacer que el Espíritu Santo en ti huya. Escucha lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; 20 fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen con su cuerpo a Dios.
1 Corintios 6:19-20
Todo cristiano está consagrado a Dios.
En tercer lugar, debemos saber que, tan pronto como una persona se convierte al cristianismo, su vida y su cuerpo quedan consagrados a Dios.
La consagración significa separarse de todo lo impuro, especialmente de cualquier cosa que pueda contaminar nuestra relación con Dios. La consagración también significa santificación, santidad y pureza.
Todo cristiano es nazareo.
Además, todo cristiano es nazareo o ministro de Dios. Por esta razón, como nazareo, no se debe consumir ninguna bebida fermentada.
Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
2 que dijera a los israelitas: «Cuando un hombre o una mujer haga una promesa especial, una promesa que lo consagre al Señor como nazareo, 3 deberá abstenerse de vino y de otras bebidas fermentadas. No beberá vinagre de vino ni de otra bebida fermentada; tampoco beberá jugo de uvas ni comerá uvas ni pasas.
Números 6:2-3
