
¿Estás pasando por un momento difícil? Este artículo te muestra por qué la tristeza y las pruebas son buenas para ti.
Lo que Dios dice sobre tu situación.
Para empezar, escuchemos lo que nuestro Padre Celestial dice sobre tu situación. Escucha lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia en Santiago 1:2-4:
2 Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, 3 pues ya saben que la prueba de su fe produce perseverancia. 4 Y la perseverancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros sin que les falte nada.
El sufrimiento te perfeccionará
En segundo lugar, todos los que Dios usa para el avance de su reino experimentan algún tipo de sufrimiento. El propósito de este sufrimiento es perfeccionarte. De igual manera, después de su tentación en el desierto, nuestro Señor Jesucristo se volvió perfecto a los ojos de Dios.
Las pruebas te fortalecerán
En tercer lugar, debes comprender que el dolor y las dificultades te fortalecerán. Al experimentar estas pruebas, te volverás inquebrantable.
Te convertirás en una persona sabia
Además, la tristeza y las dificultades te enseñarán muchas lecciones. Por lo tanto, el sufrimiento te hará una persona sabia.
Dios te dará fuerza espiritual
La tristeza y las dificultades también se pueden comparar con el ayuno espiritual. Una vez que la tristeza se disipa, se obtiene fuerza espiritual.
Serás exaltado
En realidad, Dios te elevará después de que hayas pasado por el sufrimiento y las pruebas. Esto es lo que sucedió después de que nuestro Señor Jesucristo fuera torturado, crucificado y sepultado.
Nuestro Señor Jesucristo pasó por muchas pruebas
Finalmente, debemos aprender de nuestro Señor Jesucristo. Tras sufrir humillación pública, tortura, crucifixión y muerte, nuestro Padre celestial exaltó el nombre de Jesús por encima de todo nombre en la tierra y en el cielo.
Para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua reconozca que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.