Estimado lector, puede que le cueste creer lo que le voy a decir, pero es la verdad. La oración de un niño orando en el Nombre de Jesús es más poderosa que la de un adulto por las razones que te daré.
Nuestro Padre Celestial responderá más rápido a la oración de un niño.
La mayoría de los niños son sin pecado.
A diferencia de los adultos, la mayoría de los niños son santos porque sus vidas no están contaminadas por el pecado. Por esta razón, es más probable que nuestro Padre Celestial escuche y responda la oración de un niño que la de un adulto.
Escuche lo que Dios dice acerca de las oraciones de muchos adultos pecadores:
Cuando levantan sus manos,
yo aparto de ustedes mis ojos;
aunque multipliquen sus oraciones,
no las escucharé,
Isaías 1:15
Los ángeles de los niños están siempre delante de Dios.
Debido a que la mayoría de los niños no tienen pecado, sus ángeles envían sus oraciones directamente a nuestro Padre Celestial.
Escuche lo que dijo Jesucristo sobre este hecho:
Miren que no desprecien a uno de estos pequeñitos,
porque les digo que sus ángeles en los cielos
contemplan siempre el rostro de
Mi Padre que está en los cielos.
Mateo 18:10
Es menos probable que Satanás luche contra la oración de un niño.
Debido al pecado, los demonios en los lugares celestiales pueden luchar fácilmente contra las oraciones de los adultos, así como contra las respuestas de Dios a estas oraciones.
La mayoría de los niños no tienen la carga del pecado, por lo que sus oraciones pueden atravesar fácilmente las barricadas celestiales de Satanás.
Los niños tienen más fe en Dios.
A diferencia de los adultos, la mayoría de los niños no se preocupan por el mañana porque saben que su Padre Celestial proveerá. Por eso Dios responde prontamente sus oraciones.
Muchos adultos no tienen fe en Dios y por esta razón Dios puede tardar en contestar sus oraciones.
Dios castigará a los que abusan de los niños.
Nuestro Señor Jesucristo ya ha hecho un juicio para aquellos que abusan de los niños y les hacen perder la fe en Dios.
Escuche lo que dijo Jesús:
Pero al que haga pecar[a] a uno de
estos pequeñitos que creen en Mí,
mejor le sería que le colgaran al cuello
una piedra de molino de las que mueve un asno,
y que se ahogara en lo profundo del mar.
Por qué la oración de un niño es tan poderosa.