Querido lector, el día final del juicio de Dios será como ningún otro. Este artículo presenta los tres arrepentimientos más comunes que la gente tendrá en el día del juicio de Dios.
Será un día de gran tristeza y arrepentimiento.
Primero, debemos saber que el día del juicio de Dios estará lleno de gran tristeza, arrepentimiento, angustia de corazón, desesperación y angustia mental extrema. Multitudes de personas acudirán al tribunal de Jesucristo en busca de misericordia y perdón, pero los ángeles de Dios los rechazarán.
Millones de personas querrán arrepentirse ese día pero será demasiado tarde. Porque sólo podrás arrepentirte mientras estés vivo en la tierra.
Estos son los seis arrepentimientos más comunes que la gente tendrá ese día.
1. Ojalá hubiera escuchado al predicador del evangelio.
Para empezar, el Espíritu Santo recordará a muchas personas el día y la hora en que escucharon al predicador del Evangelio en la radio, en la televisión, en la calle y en otros lugares.
El Espíritu Santo también les recordará el día y la hora en que lean sobre Jesucristo, pero sin prestar mucha atención. La mayoría se arrepentirá de no haber tomado en serio a Jesucristo.
2. Ojalá no hubiera abandonado a Jesucristo.
En segundo lugar, los reincidentes llorarán de angustia lamentando por qué abandonaron a Jesucristo cuando todavía vivían en la tierra. Escuche lo que dice la palabra de Dios en la Biblia acerca de todas las personas apóstatas:
26 Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados. 27 Solo queda una aterradora expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios.
3. Ojalá no hubiera pecado.
Además, los ángeles de Dios mostrarán los pecados de cada persona en las pantallas celestiales. En consecuencia, muchas personas llorarán amargamente lamentando por qué cometieron esos pecados. Le pedirán a Dios una segunda oportunidad, pero ya será demasiado tarde.
Por lo tanto, Dios llama a todas las personas a aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador y a caminar en arrepentimiento y santidad en todo momento.