Estimado lector, puede que no lo crea, pero a mí me pasó. Anoche alrededor de las 4 de la mañana, me desperté con ganas de escribir un artículo que promoviera el Reino de Dios.
De repente, una voz inaudible vino a mi mente diciéndome así:
Escribe un artículo diciendo que todos los policías son siervos de Dios.
Sabía que era la voz de Dios, pero dudaba en escribir sobre la policía. La policía es parte de la política de cualquier país, así que no quería escribir sobre política.
Por lo tanto, me excusé y me mantuve alejado de las instrucciones de Dios.
Entonces sucedió esto.
Ahora era domingo por la mañana y, como de costumbre, fui al primer servicio en una de las iglesias más grandes de nuestro pueblo. Desde que comencé a asistir a esta iglesia, generalmente veo guardias privados cuidando todos los puntos de seguridad del campus de la iglesia.
Pero esta mañana, vi algo inusual. Había dos policías armados hablando informalmente cerca del puesto de control en la entrada de nuestra iglesia. Una era una joven agradable, así que le pregunté:
¿Que pasa hoy? ¿Estamos recibiendo un visitante importante del gobierno en nuestra iglesia?
La respuesta de la mujer policía fue negativa. Me dijo que la policía siempre está patrullando nuestra iglesia, aunque es difícil verlos.
A partir de esta experiencia inusual, me di cuenta de que era el Padre Celestial quien había hecho arreglos para que yo viera a estos dos policías en nuestra iglesia.
Le pedí disculpas a Dios por dudar en escribir un artículo sobre sus sirvientes policiales.
Qué sería un mundo sin policía.
Aunque hubiera sol las 24 horas del día, el mundo estaría en tinieblas si no hubiera policía. Habría un caos total en todos los países. Bandas organizadas tomarían ciudades enteras y los niños conducirían libremente los vehículos de sus padres a 200 km/h.
La mayoría de las comunidades serían inhabitables y muchas personas preferirían migrar a islas remotas por razones de seguridad. Por lo tanto, debemos apreciar que nuestro Padre Celestial usa policías para traer luz a nuestro mundo.
Así dice el Señor a todos los policías.
Ahora que los policías saben que son siervos de Dios, el Padre Celestial les pide que traten a su pueblo como si fuera Dios mismo quien los estuviera manejando. Solo deben usar la fuerza máxima cuando sea necesario.
Además, todos los oficiales de policía deben estar satisfechos con su salario (ver Lucas 3:14), y deben evitar pedir «almuerzo» al pueblo de Dios.
Este artículo termina afirmando que todos los policías son siervos de Dios, y que nuestro Padre Celestial continuará usándolos para traer paz a nuestro mundo.