Querido lector, hay una verdad que me gustaría compartir contigo. De todos los pueblos de la tierra, nuestro Padre Celestial escogió al pueblo judío como una nación especial.
Los judíos son muy queridos por Dios.
El pueblo judío es tan querido por el Padre Celestial que se ha comprometido a protegerlos y bendecirlos para siempre.
Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
Cuando el ángel que hablaba conmigo se iba,
otro ángel le salió al encuentro,
y le dijo:
«Corre, habla a ese joven, y dile:
“Sin muros será habitada Jerusalén,
a causa de la multitud de hombres y de ganados dentro de ella.
Porque Yo seré para ella”,
declara el Señor,
“una muralla de fuego en derredor, y gloria seré en medio de ella”».
Odiar a una persona judía es como odiar a Dios mismo.
El pueblo judío es tan especial para Dios que cualquiera que no le guste odia al mismo Padre Celestial.
Al contrario, quien bendice a un judío bendice a Dios.
Escuche lo que dice la palabra de Dios escrita en la Biblia sobre el pueblo judío:
Haré de ti una nación grande,
Y te bendeciré,
Engrandeceré tu nombre,
Y serás[a] bendición.
3 Bendeciré a los que te bendigan,
Y al que te maldiga, maldeciré[b].
En ti serán benditas todas las familias de la tierra».
Bendice al pueblo judío.
Si quieres el favor de Dios y las bendiciones eternas, busca maneras de bendecir al pueblo judío.
En caso de que no pueda encontrar bendiciones materiales, financieras o políticas para el pueblo judío, entonces tómese el tiempo para orar siempre por ellos.
¡Dios sobrenaturalmente me llevó a la habitación del primer ministro Ehud Barak!
Puede que no lo creas, pero en realidad me pasó a mí. Recuerdo que fue en 2001, cuando aporté una pequeña cantidad de dinero a un fondo que bendice al pueblo judío.
Poco después de esa contribución, mientras dormía en la noche, el Señor levantó mi espíritu y volé sobrenaturalmente una distancia de 3500 kilómetros.
De repente me encontré en una habitación donde estaba sentado el entonces primer ministro Ehud Barak.
No se dio cuenta de que yo estaba allí y Dios rápidamente me llevó de vuelta a mi país de origen.
Este es uno de los muchos milagros que han sucedido en mi vida, y creo que Dios quería mostrarme la importancia de bendecir al pueblo judío.
A partir de esta experiencia me di cuenta de que Dios reconoce a todos aquellos que bendicen al pueblo judío.
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Los judíos son el pueblo elegido de Dios.
