Estimado lector, el infierno es real. Y no hay tortura en ningún lugar de la Tierra que se compare con la tortura en el infierno. En este artículo te mostraré las dos personas más torturadas del infierno.
La tortura en el infierno no es lo mismo.
La tortura en el infierno difiere de una persona a otra según el tipo de persona y qué pecado cometió una persona mientras estuvo en la Tierra.
Si el pecado de una persona fue leve a los ojos de Dios, esa persona es menos torturada por los demonios, pero si el pecado de una persona fue muy grave a los ojos de Dios, esa persona estará entre los más torturados por los demonios.
Estás a punto de conocer a las dos personas más torturadas del infierno.
Los primeros en la lista – los ministros descarriados de Dios.
El Padre Celestial ha llamado a muchas personas en la Tierra para que le sirvan guiando a las almas inconversas a Jesucristo. Si algún ministro de Dios se aparta y, en lugar de llevar a la gente al cielo, los lleva al infierno, entonces ese ministro será uno de los más torturados en el infierno (Santiago 3: 1).
Satanás y los demonios agregarán tortura adicional porque antes de que este ministro de Dios se descarrilara, estaba atando, quemando y torturando demonios con oraciones, adoración y ayuno. Cuando este ministro de Dios va al infierno, llega el momento de que Satanás y los demonios se venguen.
El ministro pecador predicará sin parar en el infierno.
Tan pronto como el ministro descarriado aterrice en el infierno, feroces demonios perforarán su cuerpo con lanzas calientes. Los demonios obligarán a este ministro a predicar sin detenerse todo el tiempo bajo el fuego ardiente.
Demonios feroces obligarán a este ministro a predicar usando un púlpito al rojo vivo hecho de hierro muy caliente y una silla hecha de azufre ardiente (Hebreos 10: 26-27).
Estos demonios se burlarán del ministro descarriado para “atarlos y arrojarlos” como lo estaba haciendo en la Tierra. Los demonios se enfurecen y torturan aún más si este ministro pecador hace una pausa en la predicación en el infierno.
Ácido sulfúrico concentrado, en lugar de agua.
No hay agua en el infierno. Si este ministro descarriado siente sed mientras predica en el infierno y necesita agua, entonces los demonios enojados le darán una taza de ácido sulfúrico hirviendo (Apocalipsis 21: 8).
Número dos en la lista: Un cristiano ordinario y descarriado.
Si alguna persona aceptó a Jesucristo como el Señor de su vida, luego se descarrió, esa persona enfrentará mucha tortura en el infierno (Hebreos 10: 26-27). Esta tortura será casi similar a la del ministro descarriado de Dios.
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