Querido lector, en este artículo me gustaría mostrarte un ejemplo de cómo Dios te habla para salvarte de situaciones peligrosas.
Los ladrones entraron a mi recinto por la noche.
Antes de mudarme a mi residencia actual, vivía en un barrio menos seguro. En el momento en que ocurrió este incidente, había algunas obras en ese lugar de residencia.
Sin que mi familia lo supiera, uno de los trabajadores de la construcción había duplicado la llave del candado que cerraba la puerta de nuestra residencia. Esta es la llave que usaron los ladrones para entrar a mi residencia mientras todos dormíamos por la noche.
Nuestro Padre Celestial estaba en el cielo observando.
Yo y todos los miembros de mi familia estábamos profundamente dormidos cuando los ladrones abrieron y entraron a mi residencia. Lo que les quedaba era irrumpir y entrar al interior de mi casa.
Querido lector, tenemos a nuestro Padre Celestial que no duerme.
Escuche lo que dice la Biblia:
No permitirá que tu pie resbale;
jamás duerme el que te cuida.
4 Jamás duerme ni se adormece
el que cuida de Israel.
Salmo 121:3-4
Nuestro Padre Celestial tomó acción.
Lo primero que hizo Dios fue ordenarle a su ángel que me despertara. Es difícil despertar a alguien que apenas ha dormido una hora pero este ángel lo logró. Me encontré despertando. Miré mi reloj y decía las 2:30 am.
¿Por qué me desperté a esta hora inusual?
Me pregunté a mí mismo.
Dios puso un pensamiento en mi mente.
La mayoría de las veces Dios no te habla con voz audible. En mi caso, Dios me habló a través del pensamiento que puso en mi mente. Mientras estaba sentada en mi cama preguntándome por qué me había despertado, me vino a la mente este pensamiento. Esta voz dijo:
Déjame comprobar si mis hijos duermen bien.
Me vestí y caminé para revisar la habitación de nuestros hijos. Recuerdo caminar mientras cantaba cierta canción de adoración y descubrí que los niños dormían bien.
Mientras me preparaba para partir, Dios puso otro pensamiento en mi mente.
La voz de Dios dijo:
Déjame comprobar si la ventana de esta habitación estaba cerrada correctamente.
En el momento en que corrí la cortina para revisar la ventana, ¡vi a una persona parada en medio de nuestro patio delantero! ¡Esta persona era uno de los ladrones! Rápidamente di una alarma que despertó a toda mi familia y provocó que los ladrones huyeran.
También llamé a la patrulla de la policía que respondió rápidamente. Así es como nuestro amoroso padre celestial me salvó de estos ladrones nocturnos.
La voz de Dios me salvó de los ladrones.
