
Querido lector, durante muchos años me pregunté por qué Dios no aceptó la ofrenda de Caín. La razón por la que Dios rechazó la ofrenda de Caín
Lo que dice la Biblia.
Antes de continuar, veamos primero lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia. Génesis 4:3-5 dice:
3 Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. 4 Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, 5 pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo.
Génesis 4:3-5
¿Fue Dios injusto con Caín?
Desde una perspectiva humana, Dios parece injusto con Caín. Después de todo, Caín era agricultor y le ofreció a Dios los mejores frutos que tenía. Sin embargo, como veremos, el cielo vio las ofrendas de Caín y Abel de manera diferente.
Abel ofreció a Dios un sacrificio de sangre.
La diferencia entre las ofrendas de Abel y Caín radica en que Abel ofreció a Dios un sacrificio de sangre. El Cielo aceptó la ofrenda de Abel porque el sacrificio de sangre está vinculado al concepto de expiación por el pecado, donde la sangre animal simboliza el sacrificio de una vida inocente por el culpable.
Esta práctica aparece por primera vez en Génesis, donde Dios usa pieles de animales para cubrir la desnudez de Adán y Eva después de la Caída, y posteriormente aparece en el Antiguo Testamento como un aspecto central del culto levítico.
La ofrenda de Abel representó el sacrificio de Jesucristo.
Aunque Abel no era consciente de este hecho, desde una perspectiva celestial, su ofrenda predijo lo que sucedería en el futuro. Por eso el sacrificio de Abel agradó tanto a Dios.
Sin que Abel lo supiera, su sacrificio representó la muerte de Jesús en la cruz como el sacrificio de sangre definitivo y único para el perdón de los pecados, cumpliendo así la naturaleza simbólica de los sacrificios del Antiguo Testamento.
Esto es lo que Caín debía hacer.
Si Caín hubiera tenido una revelación sobre el poder de los sacrificios de sangre, habría vendido parte de su cosecha, comprado un toro y lo habría sacrificado a Dios. Esta ofrenda habría agradado a Dios más que los frutos de la tierra que cultivaba.