Querido lector, el Señor me ha mostrado algo sobre la oración. La oración es como un fuego de leña: si te relajas, el fuego se apagará.
Tu oración es la leña, y el Espíritu Santo es el fuego.
Primero que nada, fue como una visión sobrenatural que el Señor me mostró. En esta visión, vi dos fuegos encendidos con la misma cantidad de leña. El primer fuego no tenía quien lo cuidara; por lo tanto, ardió hasta que se consumió toda la leña y las llamas se apagaron.
El segundo fuego era alimentado por un cuidador que constantemente añadía leña. Así, este fuego nunca se detenía, porque nunca se agotaba.
En esta visión, el Señor me mostró que tu oración es la leña, y el Espíritu Santo es el fuego. Si continúas orando, el fuego del Espíritu Santo seguirá ardiendo. Sin embargo, si te relajas en la oración, el fuego del Espíritu Santo eventualmente se apagará.
Ora cada 30 minutos.
Entonces, ¿con qué frecuencia debemos orar si queremos mantener vivo el fuego del Espíritu Santo? El Señor me mostró que debemos orar cada 30 minutos. Es interesante notar que tu oración puede ser breve.
Lo más importante es atar y expulsar a los demonios que te impiden entrar. Segundo, invitas a nuestro Padre Celestial, a nuestro Señor Jesucristo, y al Espíritu Santo a este lugar. En otras palabras, estás expulsando el reino de Satanás e invitando al Reino de Dios.
Lo que dice nuestro Padre Celestial.
Según la palabra escrita de Dios en la Biblia, nuestro Padre Celestial nos anima a orar continuamente.
17 Oren sin cesar.
1 Tesalonicenses 5:17
Qué significa continuamente.
En conclusión, es importante entender qué quiere decir el Señor con «orar continuamente». Quiero empezar aclarando que «orar continuamente» no significa orar sin parar.
Más bien, como echar leña al fuego, significa orar a intervalos regulares. Por lo tanto, en el contexto de la guerra espiritual, no pases más de 30 minutos sin orar.
