Querido lector, ningún otro pecado en la tierra ha robado a los cristianos sus tesoros terrenales y celestiales como el deseo sexual incontrolado. La verdad es que la lujuria sexual puede robarte todas tus bendiciones celestiales.
La lujuria sexual es un gran pecado.
Para empezar, es un gran pecado ante nuestro Padre Celestial cuando tus emociones muestran lujuria sexual. Además, escuche lo que dijo nuestro Señor Jesucristo sobre este asunto (ver Mateo 5:27-28):
»Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”.[a] 28 Pero yo digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.
El cielo almacena la mayoría de tus riquezas y bendiciones.
De hecho, para cualquier cristiano que aún viva en la tierra, más del 90 por ciento de sus riquezas y bendiciones espirituales están almacenadas en el cielo. Nuestro Padre Celestial libera estas bendiciones según el tiempo señalado y en respuesta a la forma en que vive el cristiano en la tierra.
Escuche lo que nuestro Dios dice en Deuteronomio 30:16:
Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos y que cumplas sus mandamientos, estatutos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra a la cual vas a entrar para tomar posesión de ella.
La lujuria sexual abre la puerta a Satanás.
Además, nuestro Padre Celestial sigue derramando bendiciones celestiales según la respuesta del cristiano al Reino de Dios. Vivir una vida santa agrada a Dios y cierra todas las puertas que Satanás habría usado para robar tus riquezas y bendiciones celestiales.
Por el contrario, la lujuria sexual desagrada a Dios nuestro Padre Celestial y abre la puerta a que los demonios roben tus bendiciones celestiales.
Huye de la lujuria sexual.
Finalmente, aquí está el consejo que nuestro Señor Jesucristo nos dio con respecto a la lujuria sexual (ver 1 Corintios 6:18-20):
Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo. 19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; 20 fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen con su cuerpo a Dios.
Sexual Lust can Steal all Your Heavenly Blessings.
