Querido lector, si estás enfrentando la muerte, este artículo te advierte que las primeras palabras que salgan de tu boca deben ser invocar el nombre de nuestro Señor y salvador Jesucristo.
Jesucristo es la persona más cercana a ti.
Primero, cuando te enfrentas a la muerte, la persona más cercana a ti a quien puedes llamar es Jesucristo. Curiosamente, nuestro Señor Jesús está incluso más cerca de usted que su cuidador en la peligrosa situación que enfrenta.
Jesucristo representa a Dios nuestro Padre y al Espíritu Santo.
En segundo lugar, Jesucristo no está solo. Cuando invocas el nombre de Jesús también estás invitando a la presencia de nuestro Padre Celestial y al gran poder del Espíritu Santo. Estos tres poderes pueden salvarte de la muerte y la destrucción eterna.
No necesitas un teléfono para llamar a Jesucristo.
Además, a diferencia de llamar a tu mamá, a tu papá, a tus familiares, a la policía o a una ambulancia, no necesitas un teléfono para llamar a Jesucristo. De hecho, una palabra pronunciada por tu boca es suficiente para invitar a Jesús a tu vida y a tu situación.
Jesús no se demora.
En cuarto lugar, cuando se enfrenta a un peligro, es posible que su familia, la policía o una ambulancia tarden tiempo en llegar a su ubicación. Este no es el caso de nuestro Señor Jesucristo, ya que a Jesús le toma menos de un segundo llegar a tu ubicación.
Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios en Mateo 11:27-28:
Todas las cosas me han sido entregadas por Mi Padre; y nadie conoce[a] al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce[b] al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a Mí, todos los que están cansados[c] y cargados, y Yo los haré descansar.
Sólo Jesucristo puede darte vida eterna.
Finalmente, ante la muerte, ninguna de las personas a las que llamas puede darte la vida eterna. Ni siquiera la policía o el personal médico. La única persona que puede facilitar vuestra entrada al Cielo es nuestro Señor Jesucristo.
¿Encarando la muerte? Llama a Jesucristo.