Querido lector, durante el servicio dominical de hoy, el Señor me pidió que le dijera a todo su pueblo así:
Dile a mi pueblo que no se preocupe demasiado porque he puesto un límite a lo que sus enemigos pueden hacerles.
Este mensaje se aplica a todo el pueblo de Dios en todo el mundo.
En el caso de Job, Dios puso un límite a las acciones de Satanás.
Primero, si miras el libro de Job en la Biblia, Satanás quería destruir todo lo que Job tenía, incluida su vida. Sin embargo, el Padre Celestial no permitió que esto sucediera.
Dios puso un límite a lo que el diablo podía hacerle a Job y le dijo a Satanás así:
—Muy bien —dijo el Señor a Satanás—, Job está en tus manos. Eso sí, respeta su vida.
Job 2:6
Debido a esta limitación, Job sobrevivió y Dios lo bendijo con el doble de riqueza que tenía antes. La autoridad y la misericordia de Dios enfurecieron mucho a Satanás.
Dios ha establecido un límite entre usted y sus enemigos.
En segundo lugar, Dios quiere que su pueblo se preocupe menos porque ha establecido un límite sobrenatural entre usted y sus enemigos. Tu enemigo no puede cruzar esta demarcación divina.
Tus enemigos querían abrumarte, pero escucha lo que dice nuestro Padre Celestial en el Salmo 104:7-9:
Pero a tu reprensión huyeron las aguas;
ante el estruendo de tu voz se dieron a la fuga.
8 Ascendieron a los montes,
descendieron a los valles,
al lugar que tú les asignaste.
9 Pusiste una frontera que ellas no pueden cruzar.
Concéntrate siempre en el poder de Dios.
Además, no importa la situación a la que te enfrentes, no te dejes abrumar por el poder y el tamaño de tu enemigo. Todo lo que tienes que hacer es concentrarte en la fuerza y las habilidades de Dios.
La ballena gigante no pudo comerse a Jonás.
Además, si miras el libro de Jonás en la Biblia, verás que Dios permitió que una ballena gigante se tragara a Jonás. Sin embargo, aunque Jonás ya había sido tragado, por orden de Dios, esta ballena no logró digerirlo ni comérselo.
Con el tiempo Jonás vivió para contarles a sus nietos y la protección y misericordia de Dios.
Tener fe en Dios.
En conclusión, no importa cuántos enemigos tengas en tu vida, pon tu fe en Dios. Nuestro Señor Jesucristo te asegura que Dios ha puesto un límite a lo que tu enemigo puede hacer.