Estimado lector, nuestro Padre en el Cielo se ha comprometido a estar contigo, y siempre le dará la victoria sobre sus enemigos (véase Deuteronomio 20:4).
Sin embargo, el compromiso de Dios puede dejar de existir si cae en pecado. Cuando pecas, abres una puerta para que Satanás entre en tu vida y robe tu victoria.
El diablo entregará la victoria a tus enemigos. En este artículo te doy 10 pecados que dan la victoria a los enemigos de un cristiano.
Pecados sexuales.
Si usted es cristiano y se ve envuelto en algún pecado sexual, entonces el diablo puede robar su victoria y entregársela a sus enemigos. Así es como Satanás robó la victoria de Sansón y la entregó a los filisteos. Finalmente, mataron a Sansón.
Ira.
Si usted es cristiano y alberga ira, el diablo puede entrar en su vida y robar su victoria. Satanás puede entregar la victoria a tus enemigos.
El olvido de Dios.
Muchas veces los hijos de Israel se olvidaron de Dios y el Diablo les robó sus victorias. Satanás entregó sus victorias a sus enemigos. Como cristiano, debes recordar a Dios en todo lo que haces.
Rebelión contra Dios.
Rebelarse contra Dios le robará la victoria. Satanás entregará esa victoria a tus enemigos.
Envidia y Celos.
Puede que no lo crea, pero es cierto. Cuando envidia a su enemigo, Dios mismo puede entregar su victoria a ese enemigo. Jesucristo nos dijo que amemos a nuestros enemigos y oremos por ellos.
Es mejor amar a tus enemigos y orar por ellos en lugar de perder tu victoria.
Robando.
Robar puede costarle la victoria. El diablo puede entregar tu victoria a tus enemigos. Esto es exactamente lo que sucedió en Josué 7: 1-26.
Negarse a responder al llamado de Dios para servir.
Si Dios te ha llamado a servirle y no le prestaste atención, Satanás puede robarte la victoria. El diablo entregará esa victoria a tus enemigos.
Miedo.
El miedo pertenece al diablo. Si un cristiano comienza a temer, el diablo puede robar su victoria y entregársela a sus enemigos.
Una vida sin oración.
Un cristiano tiene que depender siempre de Dios. Una vida sin oración puede costarle la victoria.
Negarse a diezmo.
Cuando se niega a diezmar, es posible que Dios no se una a usted en sus batallas. Tus enemigos pueden robar tu victoria.