Algunas personas malvadas usan regalos para maldecir la vida de otros. Este artículo te muestra los demonios que se transmiten a través de regalos.
No le caes bien a todo el mundo.
Antes que nada, date cuenta de que no le caes bien a todo el mundo. De hecho, las personas más celosas pueden encontrarse dentro de tu propia familia. En ningún otro lugar es este tipo de celos más evidente que en la familia de Jacob, donde todos sus hijos se rebelaron contra su inocente hermano José (véase Génesis capítulo 37).
La mayoría de las personas celosas parecen inofensivas por fuera.
En realidad, la mayoría de las personas celosas no dejan ver su malicia. Al contrario, parecen amigables e inofensivos. Sin embargo, nuestro Señor Jesucristo habló una vez de estas personas.
Escucha lo que dijo:
28 Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
Mateo 23:28
Cómo la gente malvada maldice los regalos.
En realidad, la mayoría de las personas malvadas mantienen fuertes alianzas con el mundo demoníaco. Por eso maldicen los regalos usando los poderes del reino de Satanás. Pueden simplemente pronunciar palabras negativas sobre estos regalos o confiarlos primero a una bruja o a un ocultista para maldiciones más avanzadas.
Además, algunas personas malvadas colocan los regalos en las tumbas para invocar los espíritus de los muertos. Estas maldiciones tienen como objetivo traer pobreza, enfermedad, infertilidad, estancamiento y otras desgracias.
Ora antes de abrir o usar cualquier regalo.
Considerando todo lo anterior, es importante orar siempre antes de abrir o usar cualquier regalo que te ofrezcan. Dado que estás librando batallas espirituales, es aconsejable invocar primero la sangre de nuestro Señor Jesucristo, que te permitirá vencer los poderes de Satanás.
Pide a Dios que abra tus ojos espirituales.
Pídele también a Dios que abra tus ojos espirituales para discernir los dones que has recibido. Si oras de esta manera, Dios te revelará, de una forma u otra, las trampas que tu enemigo te ha tendido.
