Querido lector, hay algo que el Señor quiere que sepas acerca de la oración. Cuanto más ores, más fuego quema a los demonios.
La oración es como el agua hirviendo.
En primer lugar, debemos entender que la oración es como el agua hirviendo. Hay un punto de partida y un punto de ebullición. En circunstancias domésticas comunes, diez litros de agua no pueden llegar al punto de ebullición en cinco minutos. Debes mantener el fuego durante unos treinta minutos o más.
El punto de ebullición de los demonios.
De manera similar, si oras, los demonios tienen su punto de ebullición. Este es el punto en el que los demonios sienten ganas de huir de ese lugar. Si estos demonios poseen a una persona, comenzarán a gritar, diciendo:
¡No nos quemes, nos vamos ahora!
De hecho, por experiencia, el punto de ebullición de los demonios es de al menos una hora, especialmente si oras en lenguas.
Las oraciones cortas no hacen nada a los demonios.
Dada la información presentada anteriormente, las oraciones cortas no hacen casi nada a los demonios. Los demonios simplemente sentirán el calor de tu breve oración y se relajarán, manteniendo su dominio sobre tu vida y los miembros de tu familia.
Orar en lenguas es lo más efectivo.
Además, si quieres aumentar tu fuego sobre los demonios que te rodean, entonces considera orar en lenguas. Orar en lenguas es muy poderoso porque los demonios no pueden escuchar el lenguaje celestial que estás usando. Orar en lenguas pondrá mucho fuego y presión sobre los demonios y huirán de tu ubicación.
Jesucristo persistió en la oración para cumplir la misión de Dios.
De hecho, Satanás y los demonios lucharon tanto contra Jesucristo que Jesús estuvo a punto de renunciar a la misión de Dios. Por lo tanto, Jesús usó el arma de la oración intensa y prolongada para vencer.
Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
41 Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42 diciendo: «Padre, si es Tu voluntad, aparta de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya». 43 [a]Entonces se apareció un ángel del cielo, que lo fortalecía. 44 Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra.
Lucas 22:41-44
De esta experiencia se desprende que cuanto más persistía Jesús en la oración, más fuego quemaba a los demonios que se resistían y a Satanás.
En conclusión, si quieres vencer a los poderes demoníacos que te rodean, necesitas persistir en la oración al menos durante una hora.
Cuanto más ores, más fuego quemará a los demonios.