Conviértete en un cristiano ardiente.

Conviértete en un cristiano ardiente.

Querido lector, ¿alguna vez has estado en una cafetería y el camarero te ha dado por error una taza de café tibio? En cuanto lo pruebas, sientes ganas de escupirlo.

Inmediatamente pides uno caliente. Así es como Dios siente a los cristianos tibios. Tiene ganas de escupirlos. En este post te muestro cómo convertirte en un cristiano ardiente.

¿Quién es un cristiano tibio?

Apocalipsis 3:14-18 deja muy claro quién es un cristiano tibio. Según este pasaje, es muy difícil clasificar a una persona tibia como cristiano o no.

Esta persona tiene una pierna del lado de Satanás y la otra del lado de Dios. Un brazo sostiene el pecado mientras que el otro sostiene la justicia. La mitad del cuerpo de esa persona está vestida y la otra está desnuda a causa del pecado.

Dios odia la tibieza.

Escuche lo que dice la Biblia acerca de una persona tibia:

¹⁴ »Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea:

»Esto dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el soberano^[a] de la creación de Dios:

¹⁵ »Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! ¹⁶ Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. ¹⁷ Dices: “Soy rico, me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de cuán infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú.

Apocalipsis 3:14-17

Siete maneras de convertirse en un cristiano apasionado.

Primero, recibe a Jesucristo como tu Señor y Salvador personal. La salvación quitará tu desnudez. Odia el pecado en todas sus formas y comienza a buscar la justicia en todo lo que hagas.

Segundo, aumenta el tiempo que pasas leyendo la Palabra escrita de Dios en la Biblia y haz lo que dice.

Tercero, aumenta tu tiempo de oración (el tiempo que pasas hablando con Dios).

Además, enfócate más en las cosas celestiales y menos en las cosas terrenales.

Además, aléjate del reino de Satanás. Entra de lleno en el Reino de Dios.

Comienza a ayudar a ganar almas del reino de Satanás. Mueve esas almas perdidas al Reino de Dios. Si no puedes hacerlo directamente, entonces apoya a quienes lo hacen directamente. La mies es mucha, pero los obreros son pocos.