Querido lector, muchas veces el cielo se comunica contigo a través de tus pensamientos, pero no te das cuenta. Este artículo te muestra cómo Dios te habla a través de ellos.
Tu mente le pertenece a Dios.
Primero que nada, debes darte cuenta de que tu mente le pertenece a Dios. Por eso tiene un increíble poder creativo. De hecho, puedes imaginar y crear cualquier cosa que desees con ella.
Como resultado, Satanás y los demonios siempre luchan con ahínco para destruir tu mente, contaminándola con ideas y sugerencias malvadas.
Dios te está entrenando para escuchar su voz.
Segundo, Dios te está entrenando para escuchar su voz que llega a través de tus pensamientos. Para que puedas identificar la voz de Dios, debes enfocarte siempre en el reino de los cielos.
Escucha lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
3 Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. 2 Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, 3 pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.
La voz de Dios nunca te dirá que hagas algo malo.
En tercer lugar, debes entender que la voz de Dios en tu mente nunca te dirá que hagas algo malo. De hecho, Su voz en tus pensamientos tiene como objetivo hacerte bien y promover el reino de Dios.
Por lo tanto, una sugerencia que te diga que hagas algo malo es la voz de Satanás.
Siempre sé cuándo mi esposa está a punto de llegar a casa.
Como mi esposa y yo tenemos ministerios cristianos diferentes, a veces estoy en casa cuando ella sale a hacer sus recados. Curiosamente, cuando regresa y está a punto de llegar a nuestra casa, Dios siempre me dice que salga y la espere afuera de nuestra propiedad. Lo hago sin que mi esposa me llame por teléfono.
Simplemente sigo la voz de Dios que me llega a través de mis pensamientos. Como resultado, mi esposa siempre se sorprende y se alegra de encontrarme afuera de casa esperándola. Esto siempre ha añadido amor y sabor a nuestro matrimonio.
La voz de Dios salvó a mi familia del peligro.
Recuerdo que una mañana, mientras desayunaba con mi familia, me vino a la mente una idea extraña. Me sugirió que me levantara inmediatamente de la mesa y fuera a nuestro jardín. Sabía que no era un pensamiento cualquiera. De hecho, era la voz de Dios la que había cruzado por mi mente.
Así que salí de casa inmediatamente, como Dios me había ordenado. Al llegar al jardín, ¡me quedé atónito al descubrir que una cobra había invadido nuestra propiedad! La matamos para salvar a nuestros hijos de este peligro.
Conclusión.
En conclusión, dominas la voz de Dios cuando aprendes a diferenciar todos los demás pensamientos de los inspirados por el Espíritu Santo.
