Por Makko Musagara
Cómo se sienta Dios en el cielo.
Querido lector, antes de esta experiencia sobrenatural, mi imaginación de la sala del trono de Dios era muy diferente de la realidad que me mostró.
Mi imaginación anterior del trono de Dios.
Tal vez, como tú, solía pensar que Dios nuestro Padre se sentó en una sala del trono con un solo asiento majestuoso blanco, rodeado de ángeles, ancianos y algunas criaturas como se menciona en el Libro de Apocalipsis.
Como estoy a punto de decirles, la realidad que me mostró en esta visión es muy diferente.
El sueño sobrenatural.
Una vez mientras dormía, Dios me llevó a un sueño profundo durante el cual llevó mi espíritu a su sala del trono. Me di cuenta de que este era un sueño sobrenatural porque cuando desperté de esta visión me sentí lleno del poderoso poder del Espíritu Santo.
Incluso mientras les vuelvo a contar esta visión en este artículo en este momento, siento la misma unción del Espíritu Santo regresando.
Lo que Dios me mostró.
En esta visión descubrí que Dios no está sentado solo en su salón del trono como había pensado antes. Dios está sentado con otras dos personas: Jesucristo y el Espíritu Santo.
Los tres son personas reales, aunque nuestro Padre es más majestuoso que los otros dos. En esta visión, solo vi sus formas, no sus rostros reales.
El arreglo de la sesión.
El Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo se sientan en una formación triangular equidistante. Esta formación permite a los tres sentarse a la misma distancia desde la cual pueden interactuar fácilmente entre sí.
Por lo que vi, la parte del Padre de este triángulo es más majestuosa que las otras dos posiciones. Es su aspecto majestuoso lo que lo distingue de las otras dos personas en la sala del trono.
El ambiente sentado.
Los tres están sentados en un ambiente blanco puro. El blanco celestial que vi es más blanco que el blanco terrenal al que estamos acostumbrados.
Un trozo de papel blanco de fotocopia de la tierra se vería muy sucio en la sala del trono de Dios.
¿Qué están haciendo?
Por lo que vi en esta visión, los tres, el Padre, Jesús y el Espíritu Santo están continuamente hablando entre sí.
Continuamente están discutiendo entre ellos, continuamente están compartiendo entre ellos.
No tuve la oportunidad de escuchar de lo que estaban hablando. A la velocidad del rayo me trajeron de vuelta a este mundo donde desperté de esta visión.