Estimado lector, hace muchos años formé parte de un panel de entrevistas para aspirantes a ocupar un puesto vacante de contador en una organización en la que trabajé anteriormente.
Durante las entrevistas me pasó algo sobrenatural, y se ha ido repitiendo en situaciones de seleccionar a las personas adecuadas.
Es por estas experiencias que me gustaría compartir con ustedes cómo elegir sobrenaturalmente a la persona adecuada, sin utilizar otros criterios.
Esto es lo que me pasó.
Habíamos entrevistado a cuatro personas y después se le pidió a la quinta que entrara a la sala de entrevistas. Cuando este solicitante entró en la habitación, algo como un fuego sagrado sobrenatural inundó mi alma. Creo que fue el fuego del Espíritu Santo. Nunca le dije a otros miembros del panel lo que me pasó.
Al final de las entrevistas, se tomaron en consideración todos los puntajes obtenidos por los miembros del panel. Me quedé impactado por lo que sucedió a continuación.
¡El panel de entrevistas acordó por unanimidad que el solicitante que entró quinto en la sala era la persona más adecuada!
¡Qué coincidencia!
Esta experiencia se ha ido repitiendo.
Desde entonces, esta experiencia se ha repetido durante las entrevistas o en situaciones en las que tengo que elegir. Como resultado, he llegado a la conclusión de que es posible elegir a la persona adecuada o cualquier otra cosa, sobrenaturalmente, sin utilizar ningún otro criterio.
Cómo puede aplicar esta experiencia a su situación.
Como se indicó anteriormente, durante cualquier proceso de selección, el fuego sagrado de Dios, que en realidad es el Espíritu Santo, siempre está presente para guiarte. Si estás lo suficientemente atento a tu alma, puedes sentir el mismo fuego dentro de tu alma tan pronto como la persona correcta o el objeto correcto se presente ante ti.
Escuche lo que dijo Jesucristo sobre el fuego sobrenatural del que estoy hablando:
Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad,
él los guiará a toda la verdad.
Juan 16:13
Samuel rechazó a siete hijos de Isaí.
El Padre Celestial le dijo al profeta Samuel que había escogido a uno de los hijos de Isaí para que fuera el próximo rey de Israel. El único problema fue que Dios no le dijo a Samuel cuál de los hijos de Isaí había seleccionado. Dios le dejó esa tarea difícil a Samuel.
Uno por uno los hijos de Isaí caminaron frente a Samuel, pero este profeta no podía sentir ningún fuego sagrado en su corazón. Entonces Isaí hizo pasar a Sama (uno de los hijos mayores de Isaí), pero Samuel dijo: “Tampoco el Señor ha escogido a éste”.
Jesé hizo pasar a siete de sus hijos ante Samuel, pero Samuel le dijo: “El Señor no ha elegido a estos”.
Samuel preguntó:
«¿Son estos todos tus hijos[a]?».
Isaí respondió:
«Aún queda el menor, es el que está apacentando las ovejas».
Samuel insistió:
«Manda a buscarlo[b], pues no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga acá».
1 Samuel 16:11
De repente, el fuego sagrado de Dios entró en el corazón de Samuel.
Puede que le resulte difícil de creer lo que sucedió después. Tan pronto como el niño David caminó ante Samuel, el fuego sagrado del que he estado hablando en este artículo repentinamente envolvió el alma de Samuel.
Samuel supo sobrenaturalmente que este niño era la persona correcta que Dios había escogido.
Cómo elegir sobrenaturalmente a la persona adecuada.
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