Estimado lector, este artículo le muestra algo espiritual sobre sus pies. Comencemos con una pregunta rápida. ¿Por qué crees que nuestro Señor Jesucristo lavó los pies de sus discípulos (Juan 13:5)? ¿Por qué Jesús no les lavó las manos ni la cabeza?
Este artículo te cuenta la razón principal por la que tus pies son tan importantes espiritualmente. Estás a punto de entender por qué es muy importante orar siempre por tus pies.
Tus pies son un importante punto de entrada para las fuerzas espirituales.
En primer lugar, puede que le resulte difícil de creer, pero es la verdad real. Casi el 60% de los demonios que te atacan llegan a través de tus pies. Si Dios abriera tus ojos espirituales, te darías cuenta de que la mayoría de los demonios que quieren atacarte estarán esperando en los lugares donde es más probable que pongas un pie.
Por lo tanto, la mayoría de los satanistas, brujos y ocultistas que desean atacar a alguien colocarán materiales malditos en lugares donde la persona objetivo probablemente pondrá un pie.
Tus pies pueden apoderarse de territorios.
En segundo lugar, con los pies puedes conquistar nuevos lugares. Por eso nuestro Padre Celestial dijo que:
Todo lugar que pise la planta de su pie les he dado a ustedes, tal como dije a Moisés.
Satanás apunta a tus pies.
El Diablo sabe que tus pies te llevan a lugares donde obtienes victorias. Por eso Satanás y los demonios entran por tus pies para desmovilizar tus capacidades espirituales y físicas.
Orad siempre por vuestros pies.
Adquiera el hábito de orar por sus pies antes de salir de su habitación. Además, ora siempre por tus pies antes de dormir. La mayoría de los demonios que te provocan pesadillas probablemente pasarán por tus pies.
Cuando oras por tus pies, cerrarás la mayoría de las puertas espirituales que los demonios usan para entrar a tu cuerpo.
Cómo orar por tus pies.
Coloque ambas manos sobre sus pies y ore de la siguiente manera:
En el nombre de Jesucristo, oro por mi cuerpo. Cierro todas las puertas espirituales que los demonios usan para entrar a mi cuerpo.
Cubro todo mi cuerpo con la Sangre de Jesucristo. Y declaro que después de esta oración ningún demonio entrará en mi cuerpo. Amén
Algo espiritual en tus pies.
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