Maldiciones en Bendiciones

 

 

Por  Makko Musagara

 

Querido lector, puede que no creas lo que estoy a punto de decirte, pero Dios realmente puede hacerlo. Él tiene un sistema para convertir maldiciones contra tu vida en bendiciones.

Eres una persona bendecida

En el momento en que aceptó a Jesucristo como su Señor y Salvador, se convirtió en una persona bendecida. Esto se suma a las bendiciones que Dios le prometió a través de Abraham (Génesis 12:3). Además de esas bendiciones, Dios prometió bendecirte porque has puesto tu fe y confianza en Él. Debido a todas estas bendiciones, eres como un árbol plantado por el agua que envía sus raíces por la corriente. No temerás cuando alguien te maldiga (Jeremías 17:7-8).

Cómo Dios convierte las maldiciones en bendiciones.

Balac contrató a un profeta muy poderoso llamado Balaam para maldecir a los hijos de Israel. Pero Dios lo cambió todo. Advirtió a Balaam de la siguiente manera:

“¹² Pero Dios le dijo a Balán:

—No irás con ellos, ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.” (Números 22:12). Al final, Dios convirtió todas las maldiciones contra los israelitas en bendiciones (Nehemías 13:2).

Las maldiciones sobre Jesús se convirtieron en bendiciones.

En la tradición judía era la peor maldición que alguien muriera por crucifixión. Además, cualquiera que estuviera colgado de un poste estaba bajo la maldición de Dios (Deuteronomio 21:23). Esta maldición vino sobre Jesús de una manera lenta y muy dolorosa frente al público. Sin embargo, esta maldición fue temporal. En menos de tres días, Dios convirtió todas las maldiciones que Jesús soportó en poderosas bendiciones:

” Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo
    y le otorgó el nombre
    que está sobre todo nombre,
¹⁰ para que ante el nombre de Jesús
    se doble toda rodilla
en el cielo y en la tierra
    y debajo de la tierra,
¹¹ y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
    para gloria de Dios Padre.“. (Filipenses 2:9-11).

Dios convertirá maldiciones sobre tu vida.

Amados, no te preocupes más por los que te maldijeron. El sistema de conversión de Dios pronto convertirá esas maldiciones en bendiciones puras.