
Nuestro Padre Celestial siempre te dirá que te usará poderosamente en el futuro. Aquí tienes 3 señales importantes de que Dios tiene una gran tarea para ti.
1. Sueños.
Primero, la señal principal de que Dios tiene una gran tarea para ti en el futuro son los sueños divinos. Comenzarás a tener sueños del cielo.
Años antes de que Dios te use, te mostrará sus planes a través de sueños. Esto es exactamente lo que le sucedió al joven José, hijo de Jacob. Muchos años antes de que Dios usara a José, tuvo este sueño que le mostró que sería más grande que todos los miembros de su familia.
Escucha lo que la palabra escrita de Dios dice sobre este sueño:
9 Después José tuvo otro sueño y se lo contó a sus hermanos. Les dijo:
—Tuve otro sueño en el que veía que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.
10 Cuando se lo contó a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió:
—¿Qué quieres decirnos con este sueño que has tenido? —le preguntó—. ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo vendremos a postrarnos en tierra ante ti?
11 Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en todo esto.
2. Profecías.
Segundo, Dios te hablará a través de sus profetas. Recuerdo que hace muchos años, nuestra iglesia tenía un predicador invitado y yo estaba sentado al fondo de la congregación. De repente, interrumpió su sermón y comenzó a profetizar.
Me señaló y dijo:
¡Tú! Dios te está llamando al ministerio, pero aún estás confundido. Dios dice que sabes qué hacer. ¡Despierta y empieza a hacer la obra de Dios! Te veo con una pluma, escribiendo, escribiendo y escribiendo. Dios te ha dado el ministerio de escribir en su Reino.
De hecho, esta profecía me impulsó a comenzar este ministerio.
3. Otras personas te lo dirán.
Además, Dios usará a otras personas, incluyendo a tus amigos, para contarte los planes de Dios para tu vida. Recuerdo que hace muchos años, una intercesora de nuestra iglesia me dijo que había tenido un sueño extraño sobre mí. Ella dijo:
Hermano Makko, en este sueño, Dios te dio un vehículo blanco inusual, y tú lo conducías. Todos los miembros de nuestra iglesia estaban asombrados porque nunca antes habían visto un vehículo así.
Por este sueño, supe que Dios me había dado una tarea inusual. Más tarde, descubrí que era el ministerio de escribir para el Reino de Dios.