Querido lector, las maravillas del Reino de Dios nunca cesan. Tengo un testimonio del diezmo: Dios arrestó a los demonios ladrones.
Cómo empezó todo.
Primero, déjame contarte cómo empezó todo. Era fin de mes y acababa de recibir mi sueldo. Al revisar la lista de pagos pendientes, me di cuenta de que mi sueldo solo cubría la mitad. Así que decidí cancelar casi la mitad.
¿Debo diezmar o no?
Mientras seguía seleccionando cosas para eliminar de mi lista, llegué al diezmo. ¿Debo darlo o no? Dada mi precaria situación financiera, pensé que Dios comprendería mi situación. Me convencí de que Dios me perdonaría por no pagar el diezmo.
Opté por diezmar.
Sin embargo, como siervo de Dios, quería ser un buen ejemplo para los demás. Además, quería obedecer la palabra de Dios escrita en Malaquías 3:10-12. Así que deduje el diezmo de mi salario y se lo llevé a mi pastor, quien oró por él.
El extraño sueño.
Curiosamente, esa noche tuve un sueño extraño. Me vi cerca de una camioneta nueva. Luego vi a los ángeles de Dios persiguiendo y arrestando a los demonios que querían robarme mi vehículo nuevo.
Entonces oí una voz del cielo que decía:
Porque pagaste el diezmo, he arrestado y atado a los demonios que estaban robando tus finanzas.
Entonces desperté de este sueño.
El Señor me recordó lo que sucede cuando diezmamos.
Entonces el Señor me recordó lo que sucede cuando diezmamos. Escuchen lo que la palabra escrita de Dios en la Biblia nos dice si decidimos diezmar:
11 Reprenderé al devorador para que no arruine sus cultivos y las vides en los campos no pierdan su fruto —dice el Señor de los Ejércitos—.
Malaquías 3:11
