Estimado lector, muchos ángeles están liberando dones y bendiciones celestiales durante la oración y la adoración. Por eso, nunca debes cansarte de levantar la mano.
Dios siempre abre mis ojos espirituales durante la adoración.
Antes que nada, me gustaría que conocieras la base de este artículo. Desde hace más de dos años, el Señor ha abierto mis ojos espirituales durante los servicios de adoración y oración dominical.
Como resultado de estas experiencias, he visto la actividad de muchos ángeles mensajeros moviéndose entre los fieles. He llegado a la conclusión de que la oración y la adoración activan a muchos ángeles mensajeros del cielo. Estos ángeles vienen a la tierra para bendecir al pueblo de Dios.
Los ángeles se ocupan principalmente de las manos abiertas o levantadas.
De hecho, dado que distribuyen dones y bendiciones celestiales, a los ángeles mensajeros de Dios les resulta más fácil dárselos a los creyentes con las manos abiertas o levantadas. Esta es la razón principal por la que nunca debes cansarte de levantar la mano.
Vi un ángel lavando las manos de los fieles.
Para ilustrar mejor de lo que estoy hablando, el domingo pasado durante el culto el Señor abrió mis ojos espirituales. Vi a un ángel sosteniendo una tetera de agua celestial pura y limpia y se movía entre la congregación.
Este ángel lavó las manos de los fieles para purificar sus vidas de impurezas terrenales. Según mi observación, a este ángel le resultó más fácil lavar las manos de los creyentes con las manos abiertas o levantadas.
El carro del cielo.
Aquí hay otro ejemplo que muestra por qué nunca debes cansarte de levantar la mano. Recuerdo un domingo después del servicio de comunión nuestro pastor canceló la predicación y decidió que la congregación continuaría adorando a Dios.
Cuando entramos en una adoración profunda, el Señor abrió mis ojos espirituales. Vi un carro del cielo aterrizar repentinamente dentro de nuestra iglesia.
Este ángel iba repartiendo estas latas blancas a los fieles, empezando por los que tenían las manos abiertas o levantadas. Mientras levantaba ambas manos, de repente vi a este ángel colocando una caja de hojalata blanca en mis manos.
Nunca te canses de levantar la mano.
Considerando los dos ejemplos anteriores, es muy importante que los cristianos nunca se cansen de levantar la mano durante la oración y el culto. Obtendrás fácilmente bendiciones celestiales si continúas manteniendo las manos en alto.
Los ángeles de Dios se centran más en las manos levantadas.
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