Querido lector, las ofrendas en la iglesia no son las mismas porque Dios premia cada ofrenda de manera diferente. Este artículo presenta tres ofrendas que Dios recordará por generaciones.
Donación de terreno para la construcción de una iglesia.
Si eres propietario de un terreno y lo donas con el propósito de construir la casa de Dios (una iglesia), entonces el Padre Celestial te recordará a ti y a tus hijos, nietos y bisnietos.
Es más, cuando estés en problemas e invoques a Dios, él recordará tu donación y te sacará de esa dificultad.
Construyendo la casa de Dios usando tus propias finanzas.
Te esperan bendiciones eternas si usas tu propio dinero para construir la casa de Dios (una iglesia) sin contribuciones financieras de otras personas. Abrirás una puerta de bendiciones eternas no sólo para tu familia y tus nietos, sino también para tus bisnietos.
Abandonando todo por el Reino de Dios.
Esta es la mayor ofrenda que uno puede hacerle a Dios. Si abandonas todo lo que tienes, incluidos todos tus lujos, riquezas, casas, hermanos, padre, madre, esposa e hijos por el Reino de Dios, entonces Dios recordará tu nombre para siempre.
Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre[a], o hijos o tierras por Mi nombre, recibirá cien[b] veces más, y heredará la vida eterna.
Mateo 19:29
Jesucristo hizo la ofrenda más grande a nuestro Padre Celestial.
Nuestro Señor Jesucristo hizo la mayor ofrenda a nuestro Padre Celestial. Jesús dejó todo lo que había en el cielo y vino a la tierra como un ser humano despreciado.
Jesús abandonó a su madre y a su padre, así como a sus hermanos y hermanas, por el Reino de Dios. Por si fuera poco, Jesucristo ofreció su propia vida para promover el Reino de Dios.
A través de esta ofrenda, nuestro Padre Celestial exaltó a Jesús a lo más alto y le dio el nombre que está sobre todo nombre. Toda rodilla se doblará ante el nombre de Jesús, en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua reconocerá que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Este es el mensaje de Dios para todas las personas en la tierra.
Nuestro Padre Celestial quiere que cada persona en la tierra haga lo mejor que pueda para promover el Reino de Dios. Si lo hacen, sus nombres serán recordados para siempre.
Tres ofrendas de la Iglesia que Dios recordará por generaciones.
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