Makko Musagara
Querido lector, hay recompensa en el Cielo por todo el bien que una persona hace en la tierra. De la misma manera, Dios concede grandes recompensas a todo aquel que contribuya, de cualquier manera, a la expansión del Reino de los cielos en la tierra.
Recompensas del hombre.
Por una razón u otra, es posible que algunas personas u organizaciones en la tierra deseen honrar a las personas que han trabajado duro para hacer el bien a los demás.
A veces también honran a personas que contribuyeron a la expansión del Reino de Dios en la tierra. En este artículo muestro por qué nunca debes aceptar tales reconocimientos por parte de los seres humanos.
Esto sucede cuando aceptas del hombre.
Cuando aceptáis el reconocimiento y las recompensas del hombre, entonces Dios no os recompensará con nada en el Cielo. Dios dirá:
Ya has recibido COMPLETO tus recompensas en la Tierra, ya no hay necesidad de recompensarte en el cielo.
ver Mateo 6:5
Los ángeles de Dios detendrán temporalmente la construcción de tu casa en el cielo.
Cuando aceptas a Jesucristo como Señor de tu vida, los ángeles de Dios en el cielo comienzan la construcción de tu casa en el cielo. Vivirás en esta casa después de tu vida en la Tierra. Cada vez que haces algo bueno en la Tierra, los ángeles de Dios en el cielo se activan para continuar construyendo tu hogar en el cielo.
Cuando realizas una actividad promoviendo la expansión del Reino de Dios en la Tierra, los ángeles de Dios en el Cielo se vuelven muy activos para continuar construyendo tu casa en el cielo.
Cuando aceptéis el reconocimiento del hombre, los ángeles de Dios en el cielo podrán detener temporalmente la construcción de vuestra casa en el cielo, ya que no tendrían materiales para utilizar. Habrías recibido TODAS tus recompensas en la Tierra, pero no en el cielo.
Dios es el mejor recompensador.
Todas las personas que hacen el bien a otros en la tierra y aquellos que están involucrados en la promoción del Reino de Dios en la tierra deberían dejar de buscar el reconocimiento del hombre.
Sólo deben mirar a nuestro Padre celestial porque Él es el mejor recompensador de quienes hacen el bien en la tierra.
Buscar el reconocimiento de Dios, no de los hombres.
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