Primero, invertimos en el Reino de Dios dedicando nuestra energía, esfuerzos, materiales y dinero personales. Jesús dijo en Mateo 6:19-21:
No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran[a] y roban; 20 sino acumulen[b] tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; 21 porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Por lo tanto, este artículo presenta siete beneficios que se obtienen al invertir en la obra de Dios.
1. Estarás promoviendo el Reino de Dios en la tierra.
2. Estarás ayudando a que la voluntad de Dios se haga en la Tierra como en el Cielo.
3. Estarás construyendo tus tesoros en el Cielo.
Entonces Él les contestó: «En verdad les digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o mujer, o hermanos, o padres o hijos por la causa del reino de Dios, 30 que no reciba muchas veces más en este tiempo, y en el siglo venidero, la vida eterna».
4. Te convertirás en blanco de la bendición de Dios aquí en la tierra.
Entonces Eliseo le dijo: «Ve, pide vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas. 4 Luego entra y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y echas el aceite en todas estas vasijas, poniendo aparte las que estén llenas». 5 Y ella se fue de su lado, y cerró la puerta tras sí y de sus hijos; y ellos traían las vasijas y ella echaba el aceite. 6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, ella dijo a un hijo suyo: «Tráeme otra vasija». Y él le dijo: «No hay más vasijas». Y cesó el aceite. 7 Entonces ella fue y se lo contó al hombre de Dios. Y él le dijo: «Ve, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos pueden vivir de lo que quede».
5. Dios peleará tus batallas.
6. Invertirás por el buen futuro de tus hijos y nietos.
7. Te convertirás en una bendición para muchas otras personas.
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