
Por Makko Musagara
Estimado lector, ¿cuántos enemigos tienes en tu vida? Debes agradecer a Dios si son menos de mil. Además, tu corazón debe estar en paz si tus enemigos son menos de diez. La razón por la que digo esto es que dentro de la Biblia, hay personas que se enfrentaron a decenas de miles de enemigos, pero Dios permitió que estas personas los superaran a todos.
Dios luchará contra los que luchan contra ti.

La primera razón por la que tu corazón tiene que estar en paz es que la batalla no es tuya. La batalla pertenece al Señor. Dios te ha prometido que él contenderá con los que están contendiendo contigo. Dios luchará contra los que luchan contra ti. Dios será el enemigo de tus enemigos. Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios:
Pero así dice el Señor:
«Sí, al guerrero se le arrebatará el cautivo,
y del tirano se rescatará el botín;
contenderé con los que contiendan contigo,
y yo mismo salvaré a tus hijos.” Isaías 49:25
El Señor es tu escudo.

La palabra escrita de Dios en la Biblia dice que:
“Muchos son, Señor, mis enemigos;
muchos son los que se me oponen,
2 y muchos los que de mí aseguran:
«Dios no lo salvará». Selah
3 Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo;
tú eres mi gloria;
¡tú mantienes en alto mi cabeza! Salmos 3:1-3
Los ángeles de Dios te están protegiendo.

Aparte del escudo sobrenatural de Dios, Dios te proporciona sus ángeles para que te protejan en todos tus caminos. Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios en la Biblia:
“Ya que has puesto al Señor por tu[a] refugio,
al Altísimo por tu protección,
10 ningún mal habrá de sobrevenirte,
ninguna calamidad llegará a tu hogar.
11 Porque él ordenará que sus ángeles
te cuiden en todos tus caminos.
12 Con sus propias manos te levantarán
para que no tropieces con piedra alguna.” Salmos 91:9-12
Dios luchará contra Satanás en tu nombre.
Deje que su corazón esté en paz.
Incluso si sus enemigos fueran millones, deje que su corazón esté en paz. Dios los combatirá en tu nombre. Escuche lo que dice la palabra escrita de Dios:
“No me asustan los numerosos escuadrones
que me acosan por doquier.
7 ¡Levántate, Señor!
¡Ponme a salvo, Dios mío!
¡Rómpeles la quijada a mis enemigos!
¡Rómpeles los dientes a los malvados!
8 Tuya es, Señor, la salvación;
¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah” Salmos 3:6-8 .
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